El consumo de huevos ecológicos está aumentando en España, acorde con el impulso de las grandes tendencias de consumo que son favorables para los productos orgánicos; no obstante, el sector avícola ecológico en nuestro país aún está lejos de otros países europeos en cuanto a volumen de producción y estrategia comercial, retos que debe afrontar de cara al futuro.
Según los últimos datos del Magrama, el censo de gallinas ecológicas de puesta en España es de unas 200.000 cabezas, 180 granjas y una producción aproximada de 1,3 millones de docenas de huevos al año. Por otro lado, para la producción de carne se registran un total de 165.000 pollos con un total de 67 explotaciones en el territorio nacional.
Unas cifras a gran distancia todavía de algunos países vecinos; a la cabeza en Europa se encuentran Francia con 3,8 millones, siendo el 7% del total de ponedoras, Alemania con 3,6 millones de gallinas ecológicas, el 9% del total y seguidamente Holanda e Italia con 2 millones aproximadamente. Un caso singular es el de Dinamarca, donde ya son ecológicas el 19% del censo total de gallinas ponedoras (1,2 millones).
“El sector de puesta ecológica español es pequeño y, como es lógico, toda la cadena de suministros es también pequeña y adolece en muchas ocasiones de falta de la suficiente solvencia técnica y escasa racionalización”, opina José Carlos Terraz, presidente de AviAlter, Asociación Profesional de la Avicultura Alternativa.
En esta línea, Terraz afirma a AXón Comunicación, que durante muchos años, debido a una mala interpretación de la norma se prohibió la puesta en marcha de naves avícolas con más de tres mil gallinas, mientras que en otros países de Europa no había límites sumando varios `gallineros´ de tres mil gallinas dentro de la misma nave aun compartiendo unidad ambiental e instalaciones; “estos hechos pueden ser un grave obstáculo en el escenario que se prevé en el futuro”.
Así, si en España se incrementa el consumo de huevos ecológicos y su producción, es de esperar que se dé un avance en la tecnificación y productividad general junto con la entrada de los grandes operadores en esta actividad. Por esto, tanto la producción como la comercialización alcanzarán eficiencias y reducciones de costes que los pequeños productores no pueden lograr.
Las granjas de ponedoras ecológicas en España tienen unas 1.500 gallinas de media; una parte importante son granjas muy pequeñas que se orientan comercialmente a circuito corto basando su estrategia en trabar vínculos emocionales y de confianza personal con sus clientes. “De estos, los que adquieran la suficiente técnica avícola y sensibilidad comercial, saldrán adelante”, añade el presidente de AviAlter.
En este contexto, las pequeñas y medianas granjas independientes tendrán que asociarse con otras o enlazarse -a poder ser con compromiso de viabilidad y garantías- con grandes operadores para ganar tamaño y las necesarias eficiencias, salvo que consigan la diferenciación suficiente para atraer a consumidores dispuestos a pagar un sobreprecio.
Para José Carlos Terraz, aún en esta última situación, conseguir un acertado mix entre valor y precio será vital; “este desafío requiere de grandes dotes de comunicación, sobre todo, cuando se orienta a circuito largo de comercialización”. Así pues, se prevé que el crecimiento del sector complique la continuidad de los que fueron pioneros en la actividad y no evolucionen según exigen las nuevas circunstancias.
Intensificar la producción
Además de lo anterior, en la renovación del reglamento europeo de producción ecológica (Rgto. 889/2008) que se está tramitando, algunos países y organizaciones del sector son partidarias de intensificar los sistemas de producción para lograr el doble objetivo de aumentar la producción y rebajar los costes y así ser capaces de bajar el precio de venta para llegar a un mayor número de consumidores. Pero según señaló el ex comisario europeo Dacian Ciolos, “cómo aumentar la producciones sin menoscabar la confianza de los consumidores”.
El resultado final parece que traerá algunos controles reforzados y consolidará la intensificación de la producción que de hecho ya se daba en los países de centro Europa; de esta forma el sector productor español y las autoridades tendrán que asumir esta realidad. “También se regulará el periodo de cría de las futuras ponedoras generando nuevas granjas ecológicas y, tras un periodo de transición, se llegará una alimentación con el total de las materias primas de origen ecológico”, asegura José Carlos Terraz.
Por todo ello, el futuro de la avicultura ecológica de puesta en España se vislumbra prometedor, pero se prevé un gran desafío para los países con sectores poco desarrollados y para las granjas pioneras que en España se han construido obligadas a un modelo explotación mucho más pequeño.

Explotaciones ganaderas ecológicas en España. Fuente: Magrama.